4/23/2006

Mirar al otro

Este breve artículo, apenas desarrollado, pues era el guión de una exposición oral, lo escribí para la presentación de un libro de la editorial Kailas, "Inmenso estrecho", una colección de relatos sobre la inmigración. El acto lo organizaba "Murcia Acoge" y la Universidad de Murcia. Lo más interesante en él es que expone mi postura acerca del compromiso social de la narración.


La literatura, en cualquiera de sus géneros, puede ser juego o puede ser indagación. En un libro sapiencial se dice que hay un tiempo para todo, y yo les digo que hay un tiempo para la creación lúdica y hay un tiempo para la investigación y la seriedad. Ambas cosas pueden ser sincrónicas y ninguna de las dos inútiles para el desarrollo del ser humano. Pero hay un género que no puede ser sólo juego, porque su vertiente fundamental es la indagación sobre la realidad y la vida. Este género es la narración. Fundamentalmente, la narración es indagación sobre la realidad, y más aún, indagación sobre el otro. El otro es siempre lo que no soy yo: ese es el gran límite que la narración quiere superar. Así que cualquier narrador es un observador del otro, de la alteridad.

Lo que no soy yo necesariamente produce dos efectos: extrañeza, con toda su cohorte de curiosidad, asombro, incluso rechazo –que es algo ancestral y, por tanto, humano– y otro efecto más esperanzador, la identificación. Identificar al otro como un igual, por encima de sus diferencias circunstanciales o congénitas es uno de los grandes fines de la narración. No podemos evitar la extrañeza. Es consustancial al ser humano. Me asombra siempre que los padres impidan a los niños que miren con curiosidad a un ser humano de otro raza o a un discapacitado, porque ello entraña una gran hipocresía social, aparte de la posible intención de enseñarle una norma de cortesía, la de no ser impertinente con la mirada. Pero más bien lo que tratamos de enseñarles es a no evidenciar una diferencia contra la que tenemos ciertas tendencias de rechazo. Para identificar la igualdad hay que hacer notar las diferencias, una vez que se identifica al otro, hay que amarlo y para amarlo hay que mirarlo. Es la cadena de la solidaridad humana.

De los dos efectos dichos sobre la mirada al otro, surgen también dos tendencias literarias: el exotismo y la identificación. En el exotismo se considera al otro un adorno excéntrico de la naturaleza, una extravagancia social, moral y cultural. Puede interpretarse como adorno simplemente, con la superficialidad alegre del decadentista, o puede interpretarse como amenaza oculta bajo una apariencia atractiva. La identificación reconoce la extrañeza, pero por encima de ella, reconoce la igualdad y asimila la diferencia como modos de diversidad ante las mismas situaciones. Señores, la Ilustración tuvo hijos no deseados. Cuando borraba las diferencias humanas por linaje, borró también cualquier otra diferencia, pero esas consecuencias no gustaron tanto al género dominante: no podían ser iguales también ni las mujeres –el gran otro de toda gran literatura– ni los llamados indígenas, es decir, aquellos que ni eran occidentales ni eran blancos ni eran cristianos. No pueden ser iguales, se dice todavía, aquellos que vienen de más allá de cualquier parte, del otro lado del Estrecho, que nunca fue más estrecho ni paradójicamente más extenso, o del otro lado de Europa, o del otro lado del gran Océano. Queremos que duerman en una caja de herramientas mientras no sean útiles, queremos negarles su humanidad. Incluso, en los casos más extremos y desde perspectivas obtusas, desearíamos que no hubieran venido nunca. No podemos explicar por qué, sería largo, pero el caso es que están aquí, son ahora nuestros otros, y creo que merecen todo, como cualquier hijo de vecino, incluso esa indagación creativa que decía al principio.

Pues bien, este libro trata de estas cosas, de la extrañeza y de la identificación. Raramente se ha cedido al encanto de lo exótico. Lo narrado es siempre una mirada indagadora sobre el otro, sobre el extraño, sobre el que viene. Y es una denuncia de una sociedad que ha transformado el exotismo en rechazo abierto. También es una muestra de que muchos creadores, profesionales de la literatura o de otras artes, han renunciado al juego y han entrado en el terreno de la indagación sobre el otro. Que la literatura comprometida, tan denostada en ciertos círculos, sigue ahí y debe seguir, porque eso precisamente es literatura, un compromiso con la realidad. Si no es así, que le llamen juego, que ya lo dice el Eclesiastés, que hay un tiempo para todo.


4 comentarios:

SempreFeministas dijo...

Olá Clares!
Obrigada por ter visitado o meu blog. É sempre um prazer descobrir pessoas que partilham dos meus interesses e preocupações.
Ainda há um longo caminho a percorrer para que a segregação sexual seja dissipada das sociedades.
Em Espanha, há muitas associações feministas que exercem, de certa forma, pressão sobre o Governo.´
Em Portugal, também existem associações com o mesmo carácter intervencionista, mas têm uma notoriedade social bastante reduzida. Os atentados contra a integridade fisica e psicologica da mulher são esquecidos e desvalorizados. Por isso, a luta feminista faz todo sentido.
Pertence a alguma organização feministas?
Gostaria de conhecer melhor os seus pontos de vista sobre o feminismo.
Espero que visite o meu blog em breve!

Gracias,
Anabela Santos

Anónimo dijo...

Anabela, muchas gracias por tus comentarios en mi blog y por tu militancia en el feminismo. Creo que todas las mujeres del mundo tenemos mucho que hacer, y más aún las que estamos en lo que se llama el primer mundo, simplemente porque las que gozamos de cierta situación, que yo llamaría de privilegio, somos precisamente las que podemos ayudar a las demás más desfavorecidas.
Pertenezco a la asociación Comisión 8 de marzo de Murcia, un grupo de mujeres pertenecientes a partidos políticos, asociaciones diversas, sindicatos y otras mujeres independientes que llevamos actividades feministas contra la violencia y el machismo en medios de comunicación y en accciones en la calle. Podemos intercambiar ideas y programas cuando quieras. Mi correo aparece en mi perfil y puedes escribirme. Estamos muy cerca.
Saludos feministas
Fuensanta

Anónimo dijo...

iré leyendo poco a poco tus artículos que me parecen la mar de interesantes además de bien escritos. Besos.

Sarashina dijo...

Pues me alegro de que te gusten. Son los pensamientos de una solitaria, porque en la mayoría de las cosas que digo y pienso me siento una total extraña a este mundo, una "otra". Gracias, hermanita.
¿Eres tú "el brazo de Cervantes" o es otra persona que entró a mi otro blog? Me suena que las caléndulas son tuyas, ¿a que sí?